Cada semana, sin falta, ella incluye en su lista de la compra un producto que se ha convertido en un imprescindible de su cocina: Quescrem, el queso crema gallego que ha conquistado paladares dentro y fuera de España. Lo que comenzó como una simple elección ocasional se ha transformado en una costumbre que combina calidad, versatilidad y sabor auténtico.
Quescrem no es un queso crema cualquiera. Nacido en Galicia y elaborado con leche de proximidad, destaca por su textura suave, su sabor equilibrado y su capacidad para adaptarse a cualquier receta. Por eso, cuando llega el momento de hacer la compra semanal, ella sabe que no puede faltar en su cesta. Ya sea en supermercados físicos o a través de tiendas online, el producto siempre está disponible en diferentes variedades: natural, light, sin lactosa o con sabores que van desde el queso azul hasta el de yogur o mascarpone.
Comprar Quescrem todas las semanas no responde solo a una cuestión de gusto, sino también de confianza. La marca, que forma parte del grupo Innolact, mantiene un compromiso con la innovación y la sostenibilidad, apostando por un modelo de producción responsable y por la valorización del sector lácteo gallego. Este enfoque hace que cada compra tenga un valor añadido: apoyar una empresa local que combina tradición y tecnología.
En casa, quescrem queso crema tiene múltiples usos. Ella lo emplea para preparar tostadas de desayuno, salsas ligeras, postres caseros o recetas saladas que ganan cremosidad con solo una cucharada. Su textura es perfecta para untar y su sabor no enmascara los demás ingredientes, lo que lo convierte en un aliado culinario ideal para quienes disfrutan de cocinar con productos de calidad.
A lo largo del tiempo, esta costumbre de comprar Quescrem cada semana se ha consolidado como un pequeño ritual doméstico. Saber que el frigorífico nunca se queda sin su queso crema preferido le aporta una sensación de orden y bienestar, además de la satisfacción de consumir un producto gallego de prestigio.
Su compra semanal de Quescrem no es solo una elección gastronómica, sino una forma de mantener viva una conexión con los sabores auténticos de Galicia, apostando por la calidad, la cercanía y el placer de lo cotidiano.